60 metros cuadrados de soledad.

Empiezo Septiembre como quien empieza un nuevo año; con propósitos y promesas, y de cero.

No puedo esperarte más. Ya no te siento tan aquí, tan presente como antes.

Sí que siento tus sonrisas y, algunas noches cuando me encuentro especialmente sola, tus caricias y tus labios en mi cuello susurrando cualquier estupidez que parecía lo mejor del mundo.

Pero he aprendido a levantarme sin nadie y a hacer café para uno

He decidido que voy a salir otra vez, a conocer gente bonita y, quizás, a enamorarme de nuevo.

Que voy a seguir pensando en ti, pero de una forma completamente distinta a la que estaba acostumbrada: en pasado.

Sin embargo, tengo que aclararte que te sigo queriendo como se quieren dos personas que se dejan de ver durante mucho tiempo sin haberse despedido, de la misma manera en la que quieres a un recuerdo precioso que sabes que no va a volver a pasar.

Así que esta es mi despedida, mi forma de decirte el Adiós que tú todavía me debes.

Y sí, sé que Adiós significa no reírse a la vez, ni de la misma tontería; ni abrazarse de nuevo, ni besarse nunca más. Adiós significa que ya no te voy a ver con los mismos ojos de niña perdida con los que me encontraste; que no vamos a bailar mal la misma canción, que ya no te lloro más. Que no nos vamos a prestar los libros, ni a dejarnos marca páginas con mensajes secretos que leo en el autobús y que me dan ganas de mandar a la mierda a mi jefe y correr hasta encontrarte y abrazarte hasta que me pidas que pare. Que ya no te regalo nada por Navidad.

Sé lo que significa todo eso porque lo he estado dando vueltas y me ha dolido tanto esa respuesta que me han entrado ganas de seguir como estaba, quieta en un piso que me parece el más grande y solitario del mundo, a pesar de que no es más de 60 metros cuadrados llenos de nuestros recuerdos por todas partes.

Así que como diría nuestro Julio, Ya no te quiero, amor.

Aunque quiero que sepas que fuiste y serás mi mejor Otoño, mi Invierno más cálido, la Primavera más bonita de mi vida y el Verano que recuerde con una buena canción.

Ha sido un placer habernos conocido, habernos hecho daño y habernos arreglado de la forma más bonita que existe.

Tuya, siempre.